viernes, 24 de diciembre de 2010

Que os jodan

Malditos hijos de puta.
No valeis ni la saliva que gasto en maldeciros,
y con todas habeis conseguido que os tenga presente cada puto y desgraciado dia de mi vida.

Así ni el infierno os acoja.

Lo poco que pueda tener de humildad es terreno conquistado a sangre y navajazos a eso que aún tenéis el rostro de llamar soberbia.
Lo poco que pueda tener de ego o de identidad es el resultado de esa guerra de bandas que aun tenéis el rostro de llamar mi vida.

Así ni el infierno os cobije.

Tal vez me tengáis por una baratija que os toca de vez en cuando en una tómbola.
Tal vez os encante fabricarme casas de muñecas en las que os represente vuestra función, y os baile danzas circenses.
Tal vez, incluso, sintáis algo más que propia satisfacción o desengaño cuando me lleveis al borde a saludar, con mis extremidades temblequeando al extremo de vuestros hilos, y mi cabeza caída, a un lado inerte.

Así ni el infierno os conforte.

Ni creo ya que exista ese concepto escurridizo de la revancha. De llevar la molestia, quizás pagaros con indiferencia... y resultaría tan efectiva como escupir en un charco.
Alguna vez me han preguntado por qué no hago por escribir algo serio. Ahora reto a esos ilusos o hipócritas a encontrar a un solo nacido de mujer al que le importe una mierda lo que yo tenga que decirle a nadie.
Y ya que estamos, que encuentren a un solo malnacido al que le importe una mierda esta mierda que regurgito en letras (cuando debiera hacerlo en puñaladas).

Así ni el infierno os tenga presente cuando todo lo demás os haya desheredado.
Y sólo entonces, si teneis cojones, venid a hablar conmigo.

3 comentarios:

  1. Vaya, vaya, vaya... Parménides el Burro, La Langosta Verde o la Mieda Flotante... vaya,vaya,vaya

    (jajaja) Si, entre paréntisis.

    ResponderEliminar
  2. Olé tu arte.

    Joder, como te quiero.

    ResponderEliminar
  3. quererme? ódiame. porque odio es mi arte. y odio el motor inmóbil que me hace levantar cada mañana

    ResponderEliminar